miércoles, 19 de agosto de 2009

Los niños indigo de la nueva era

El niño fenómeno intelectual y paranormal, llamado Boriska, tiene como
madre a Nadezhda, una dermatóloga de una clínica pública rusa, que se
graduó en el Instituto Médico de Volgograd en 1991. El padre es
funcionario público.

Científicos rusos asumen públicamente sus investigaciones sobre
espiritualismo, abordando la reencarnación, reconocida
científicamente, y la existencia de vida extraterrestre.

He aquí el texto completo, traducido de un reportaje del periódico
PRAVDA, firmado por el periodista y científico Gennady Belimov.

El 11 de Enero de 1996, un niño no común, nació en la ciudad Volzhsky,
en la región de volgograd en Rusia. Su madre Nadezhda Kipriyanovich,
describe el trabajo del parto: "Fue muy rápido y no sentí dolor.
Cuando me mostraron el bebé, me miraba fijamente con sus grandes ojos
castaños. Como médica, se que no es habitual entre recién nacidos, esa
mirada concentrada. Excepto este hecho, parecía un bebé normal".

Cuando salió de la maternidad de vuelta al hogar, Nadezhda comenzó a
percibir que el niño llamado Boris, tenía un comportamiento singular:
raramente lloraba y nunca solicitaba alimento. Crecía como los otros
niños, pero comenzó a hablar frases enteras a los ocho meses. Con año
y medio, leía periódicos. Los padres le dieron un juego de piezas para
montar figuras y él comenzó a elaborar piezas geométricas, combinando
diferentes partes con precisión. “Tenía la impresión de que nosotros
éramos como aliens para él, aliens con los que él estaba intentando
comunicarse" – dijo la madre de Boris o Boriska como es llamado por la
familia.

Boriska comenzó a diseñar figuras que a primera vista eran
abstracciones, en las cuales se mezclaban tonos de azul y violeta.
Cuando psicólogos examinaron los diseños dijeron que el muchacho
estaba probablemente intentando representar el aura de las personas
que veía a su alrededor.

A los tres años, Boris comenzó a conversar con sus padres sobre el
universo. Sabía nombrar los planetas del sistema solar y sus
respectivos satélites. Hablaba también de nombres y número de
galaxias. Eso asustaba y la madre pensó que su hijo estaba
fantaseando, por eso resolvió comprobar si aquellos nombres realmente
existían. Consultó libros de astronomía y quedó impactada al constatar
que Boris, de hecho, sabía mucho sobre aquella ciencia.

Los rumores sobre el “niño-astrónomo” se extendieron rápidamente en la
ciudad. Boriska se volvió una celebridad local y las personas
comenzaron a visitarlo para oírlo hablar sobre civilizaciones
extraterrestres, sobre la existencia de antiguas razas humanas, cuyos
individuos median tres metros de altura, sobre el futuro del planeta
en función de cambios climáticos. Todos oían aquellas cosas con gran
interés, no obstante no creyesen en las historias.

Los padres decidieron bautizar a su hijo, pensando que tal vez fuese
una cuestión espiritual, pues creían había algo errado en Boris. Pero
el fenómeno no cesó: Boriska comenzó a hablar a las personas sobre sus
pecados. Un día en la calle, abordó a un muchacho y lo amonestó por
usar drogas; hablaba con ciertos hombres, para que dejaran de pegarle
a sus mujeres: prevenía a las personas sobre la inminencia de
problemas y enfermedades.

El chico sufre con el conocimiento previo de los desastres naturales o
sociales: durante la crisis del colegio Beslan, rehusó ir a la escuela
en cuanto duró el ataque. Cuando le preguntaban lo que sentía sobre el
asunto, respondió que era como si algo ardiese dentro de él. “Yo sabía
que el caso tendría un final terrible”, dijo Boriska.

Sobre el futuro del planeta, advierte que la Tierra pasará por dos
situaciones muy peligrosas en los años 2009 y 2013, con la ocurrencia
de catástrofes relacionadas con el agua.

Especialistas del Instituto de Estudios del Magnetismo Terrestre y
Ondas de Radio de la Academia Rusa de Ciencias, fotografiaron el aura
de Boriska mostrándose fuerte, nítida, de modo no común. El profesor
Vladislav Lugovenko analiza: “Presenta un espectograma naranja, lo que
significa que es una persona alegre, positiva, con un intelecto muy
poderoso”.

“Existe una teoría de que el cerebro humano posee dos tipos básicos de
memoria: La memoria de trabajo (consciente, voluntaria) y la memoria
remota. Una de las habilidades del cerebro es salvar informaciones
sobre la experiencia, sean emociones o pensamientos, una dimensión que
trasciende al individuo. Esas informaciones son capturadas por un
singular campo de información que hace parte del universo. Pocas
personas son capaces de tener acceso a las informaciones contenidas en
ese campo”.

“Aún”, según Lugovenko, “es posible medir las facultades extra-
sensoriales de las personas con auxilio de equipos especiales y a
través de procedimientos muy simples”.

Científicos de todo el mundo se han empeñado en la investigación de
esos fenómenos, a fin de revelar el misterio de estos niños
extraordinarios como el del muchacho Boris.

Un dato interesante es que en los últimos 20 años, bebés dotados de
habilidades infrecuentes han nacido en todos los continentes. Los
especialistas llaman a estos niños “niños índigo” o “niños azules”,
posiblemente una referencia al avatar hindú Khrisna que, según la
leyenda era azul. “Boriska es uno de esos niños”.

Aparentemente, los “niños azules” tienen la misión especial de
promover cambios en nuestro planeta. Muchos de ellos tienen las
espirales del DNA notablemente perfectas, lo que confiere una
increíble resistencia del sistema inmunológico, capaz de neutralizar
la acción de virus AIDS (SIDA). He encontrado niños así en la China,
India, Vietnam, entre otros lugares y estoy cierto que esta generación
cambiará el futuro de nuestra civilización.

En cuanto las agencias espaciales intentan encontrar señales de vida
en el planeta Marte, Boriska a los 9 años, relata a sus parientes y
amigos, todo lo que se sabe sobre la civilización marciana,
informaciones que él recuerda de esa vida pasada.

Un periodista ruso lo entrevistó recientemente sobre su experiencia
como habitante de Marte.

ENTREVISTADOR – Boriska, ¿usted realmente vivió en Marte como dicen
sus vecinos?

BORISKA – Si yo viví, es verdad. Tenía 14 ó 15 años. Los marcianos
hacían guerra todo el tiempo y tenía que participar de aquello. Podía
viajar en el tiempo y en el espacio, podía volar en naves espaciales y
también pude observar la vida en el planeta Tierra. Las naves
marcianas son muy complejas y se pueden desplazar por el universo.

ENTREVISTADOR – ¿Existe vida en Marte actualmente?

BORISKA – Si existe, pero el planeta perdió su atmósfera hace muchos
años, como resultado de una catástrofe global. El pueblo marciano aún
vive en ciudades subterráneas. Respiran gas carbónico.

ENTREVISTADOR – ¿Cuál es la apariencia de los marcianos?

BORISKA – Son muy altos, una altura media de siete metros. Poseen
capacidades increíbles.

Boriska habla de Marte, pero también tiene recuerdos de sus
observaciones sobre la Tierra, en aquella existencia pasada: fue
testigo de la destrucción de la legendaria civilización de la Lemuria,
“La mayor catástrofe que ya sucedió en este planeta. Un continente
gigante fue engullido por terribles tempestades oceánicas. Tenía un
amigo lemuriano que murió frente a mí, aplastado por una roca. No pude
hacer nada. Estamos destinados a reencontrarnos en algún momento de
esta vida”.

Sobre Egipto, Boriska dice que existe un conocimiento precioso, oculto
bajo una pirámide que aún no se ha descubierto: “La vida va a cambiar
cuando la Esfinge sea abierta. La Esfinge tiene un mecanismo que
acciona una abertura secreta. El mecanismo está detrás de la oreja”.

En cuanto al aumento de nacimientos de niños especialmente dotados, el
muchacho informa que ésto es consecuencia del hecho que “Llegó la
época propicia para que ellos vengan a la Tierra, porque el
renacimiento del planeta se aproxima… Ellos están naciendo y estarán
preparados para ayudar a las personas… Amar a sus enemigos, esa es la
Ley. ¿Usted sabe por qué los lemurianos perecieron? Porque ellos no
invirtieron en el desarrollo espiritual y se introdujeron en las
prácticas de la magia, sin tener consideración por esta Ley. ¡El amor
es la verdadera magia!”.

Boris cerró la entrevista diciendo: “kailis” y el entrevistador
preguntó ¿Qué dijo usted? “Yo dije hola. Esa es la lengua de mi
planeta”.

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